El café del Valle de Guatemala Antigua es la piedra angular de la calidad.  Aquí los caficultores se enorgullecen enormemente de sus tradiciones, lo que resulta en un sabor consistente, taza tras taza con notas de limón, chocolate y suaves especias que dejan una elegante sensación en la boca, única de esta región.  Por eso amamos este café en el ’70 y también es la razón por la que lo amamos hoy.